Fascinans

Hay cosas que son de pensar o de decir. Hay cosas que tenemos que razonarlas o describirlas. Incluso necesitamos acceder a ellas a base de explorarlas y diseccionarlas…

Pero hay un misterio que siempre está ahí. Es una Presencia que no podemos pensar o decir, que sólo podemos ir hacia ella, atravesar la puerta desconocida: entrar. O en todo caso, que deberemos dejarnos empapar de su luz, de su calor, como si estuviéramos tomando el sol.

Lo fascinans, lo fascinante es una presencia que está siempre ahí. Delante de nuestros ojos asombrados, al otro lado del mar, en ese horizonte que nos abarca y nos incita, aunque siempre nos huye. Pero que está siempre ahí.

No se trata de pensar, ni siquiera de decidir. Se trata de preguntarte qué fuerza te llama para saltar sobre tu propia sombra, para dejarle deslumbrar por lo inédito. El misterio solo se nos desvela en el misterio.

El corazón tiene una facultad para abrirse al Misterio: un oído interno que no oye sino que escucha el silencio, un tercer ojo que no ve, sino que se deja iluminar, un olfato, un gusto del ser interior que hay en ti. Unos sentidos internos que se despiertan ante la Presencia que se nos regala.

Te invitamos a hacer posible lo deseable.